En la década de 1930, cruzar un océano por aire era cosa de dirigibles o hidroaviones. Entre estos últimos, los más icónicos fueron los Boeing 314 Clipper, operados por Pan American Airways bajo el liderazgo visionario de Juan Trippe.
Un pionero con sueños globales

Juan Trippe, nacido en 1899, fue piloto naval en la Primera Guerra Mundial antes de abandonar el mundo financiero para fundar aerolíneas. En 1927, creó Pan Am con la ambición de conectar a Estados Unidos con América Latina y luego con el resto del mundo.
Como entonces escaseaban los aeropuertos, Trippe apostó por hidroaviones que podían despegar y posarse en el agua. Así nacieron las primeras rutas de Pan Am con aviones como el Sikorsky S-38 y el S-40.
Clippers: los barcos del aire

Inspirado por los rápidos veleros del siglo XIX, Trippe bautizó a sus aeronaves como Clippers, e impuso la estética naval en toda la operación: los pilotos eran capitanes, se hablaba de millas náuticas, los pasajeros abordaban la nave y las aeronaves eran tratadas como verdaderos barcos.
Al triste accidente del Hindenburg se le atribuyó el ocaso de los dirigibles como medio de transporte transoceánico. Sin embargo, mucho tuvo que ver la aparición en escena de estos nuevos barcos voladores.
Y finalmente, por todo lo que se les ofrecía a los pasajeros, desde amplios salones de comida con deliciosos manjares, literas cómodas para descansar y la posibilidad de contemplar un horizonte nunca antes visto.

Pan Am fue pionera en la expansión aérea sobre el Pacífico, abriendo una ruta de San Francisco a Manila en 1935. El viaje, que en barco tomaba semanas, ahora podía hacerse en seis días.
El Boeing 314: lujo y poder

El Boeing 314 fue diseñado especialmente para Pan Am. Con una autonomía cercana a los 3,000 km y una envergadura de 46 metros, era un gigante elegante. Contaba con dos cubiertas, salones, camas, baños, cocina a bordo y una barra libre donde se servía el famoso Clipper Cocktail.
Su capacidad: hasta 74 pasajeros de día o 36 en modalidad nocturna. El interior recordaba más a un buque de lujo que a un avión.
En total se fabricaron 12 unidades. Cada una costaba medio millón de dólares en los años 30.
Cruzando océanos

En 1939, el Yankee Clipper realizó el primer vuelo comercial transatlántico de correo. Un mes después, el Dixie Clipper inició el primer servicio de pasajeros entre Nueva York y Marsella. Durante los siguientes años, los Clippers hicieron miles de cruceros sobre el Atlántico y el Pacífico.
A la Guerra

Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, los Clippers fueron solicitados por el gobierno estadounidense para apoyar esfuerzos militares. Uno de ellos, el Pacific Clipper, completó la primera vuelta comercial aérea al mundo, en 1942. En 1943, el presidente Franklin D. Roosevelt viajó en un Clipper a Marruecos, marcando el primer uso presidencial de un avión, el antecedente del Air Force One.
Fin de una era

Terminada la guerra, la aviación cambió. Ya había aeropuertos en casi todo el mundo y los aviones terrestres como el DC-4 eran más prácticos y económicos. El último vuelo del Boeing 314 de Pan Am fue en abril de 1946. Para 1952, todos habían sido desmantelados.
Aunque su tiempo fue breve, los Boeing 314 y Pan Am cambiaron para siempre la historia de la aviación. Abrieron los cielos al transporte de largo alcance y pusieron los cimientos del mundo globalizado que hoy conocemos.

Recordemos cómo eran los interiores de los grandes barcos transoceánicos y todas las comodidades que brindaban a sus viajeros. Los dirigibles también ofrecían espacios similares: camas, salones de entretenimiento, comedores espaciosos y exquisitos platillos preparados durante el vuelo. Juan Trippe tomó esa herencia y la transformó, buscando que con el tiempo, volar se convirtiera en una experiencia de lujo y comodidad.
Muy pronto nos adentraremos en el fascinante mundo del servicio a bordo, desde los años 60 hasta los 80.